By Pablo García-Ramos
Salir a tomar unos vinos por Coruña es algo más que apetecible por la variedad de lugares que nos ofrecen la ciudad. Propongo a continuación una selección de los que más me gustan. Pueden que no sean los mejores, tampoco los más bonitos, seguro que no son los más modernos y su cocina no es la más vanguardista, pero si son locales entrañables que por una u otra razón forman parte de una ruta de bares instalada en el imaginario colectivo de más de una generación. Allá van mis 15:
1. Cervecería de Cuatro Caminos. Concepción Arenal 10 (La Palloza)
Indispensable para los incondicionales de la cerveza. Buque insignia de la Estrella de Galicia en la ciudad donde tiran la cerveza llamada de bodega que almacenan en tanque. Para picar tienen minchas y en ocasiones algún que otro marisco de ración. Nunca faltan las patatas de Bonilla, las cortezas, tortilla, boquerones y ensaladilla. Un secreto: pedir la caña con «crema», mantiene la presión en el vaso durante más tiempo. Aviso a navegantes: sólo despachan cerveza, con o sin alcohol, y agua de Cabreiroá.
2. El Huevito. Calle de san Juan, 7. (Campo de la Leña)
Jamonería muy asentada en el barrio y situada a escasos metros del Campo de la Leña. El negocio habilita un pequeño espacio para atender a los vecinos que acuden a tomar un vino y en busca de conversación. A sus cañas y vinos añade una tapa de pan con jamón muy apreciada por sus incondicionales. A tener en cuenta: todavía despachan vino de barril, tan denostado en otros tiempos y tan apreciado en los días que corren.
3. La Bombilla. Torreiro, 6-8
Clásico del tapeo coruñés donde los responsables ofrecen en redonda bandeja camareril un surtido de tapas que atenta contra la templanza y moderación. La fuente en cuestión, contiene pinchos de milanesa, tortilla, pimiento, croquetas, choricitos,… La Bombilla se encuentra en un coqueto local situada en el centro de la ciudad.
4. Tarabelo. Calle de la Barrera, 15
El alma de los llamados vinos nuevos. Tarabelo brinda una gama de pinchos muy recomendables como la tapa de zorza, mejillones, berberechos y su famoso pincho tarabelo. Excelente relación calidad-precio.
5. O’ Fiuza. Avenida de navarra, 33. Orillamar,
Si alguien quiere probar un pulpo a Feira sin salir de la ciudad y sin temor a equivocarse, está en el sitio adecuado. El Fiuza ofrece hoy por hoy un pulpo colosal con el auténtico sabor de pulpeira de día feira. Tiene un vino para chatear que acompaña con dignidad al cefalópodo. En sus paredes cuelgan posters y demás gadgets futboleros que delatan la afición de sus promotores.
Entre la calle san Amaro y la avenida de Navarra, se distingue una frondosa parra en una pequeña casita que hace esquina. Se trata de un lugar modesto para reencontrase con la cocina casera en el más estricto sentido de la palabra. Mejillones guisados, pescado rebozado, y otras recetas para degustar en su deliciosa terraza. Una pista: la parra es uno de los lugares más apropiados para quienes combinen aperitivo con tabaco.
7. Yéboles. Capitán Troncoso, 14
El Yéboles es uno de los locales más emblemáticos de la tradicional calle de Troncoso, en la trastienda de la elegante plaza de María Pita. Por este punto han pasado destacadas figuras del mundo del cine, la canción y el artisteo para tomar sus setas, tortilla, calamares, pulpo,…. En resumen, cocina gallega a esgalla.
8. Culuca. Avenida de Arteixo 10
Chisco de Llano ofrece siempre alguna tapa del día con la bebida en su céntrico local. Para un picoteo más contundente, nos vamos a la lacon burguer, la mini tortilla, los buñuelos de bacalao o las brochetas de pollo con guacamole, preparaciones que sorprenden en un local muy cool. Las cañas las dispara con Estrella de Galicia
9. La Dehesa. Cabo Santiago Gómez, 6 (plaza de san Pablo)
En el corazón del ensanche, la Dehesa cuelga de su techo suculentos fiambres ibéricos que ofrecen amablemente a los parroquianos. Buena carta de vinos y tiran muy bien la cerveza. Los sábados cocinan unos más que correctos callos para acompañan la bebida.
10. La Montanera. Emilia Pardo Bazán, 14 (plaza de Vigo)/ Fama, 1 (La Marina)
La Montanera comenzó su andadura en la plaza de san Pablo para trasladarse posteriormente a la Marina. Desde hace un par de años se instaló en la plaza de Vigo para trasladar su buen hacer en la barra a aquellos parajes. Los fines de semana hacen callos pero todos los días disponen de una apetecible carta de pinchos y raciones, donde destacaría las tostas, el chisco de calamares, la croca, o, sin olvidar los orígenes montaraces de su nombre, el excelente jamón de bellota.
11. La Greca. Historiador Vedía, 34
Con el cierre del Gasógeno, el ensanche coruñés se había quedado huérfano de un lugar de referencia para tomarse unos callos. Todos no. Un escondido local situado en las cercanías de Palacio de Ópera cocina los mejores callos del ensanche. Inmensos.
12. Mesón O Boo. Menéndez Pelayo, 18
Entre la plaza de Vigo y la calle de Juan Flórez, O Boo se alza como el referente del tapeo por excelencia. Ofrece una potente selección de tapas muy gallegas; pulpo, pimientos de padrón, orella, callos, en un mesón donde se respira ambiente deportivista.
13. Casa Ponte. Juan Flórez, 95.
«Vinos Casa Ponte» fue en tiempos un concurrido lugar donde se despachaba vino y se sellaban las quinielas. En la actualidad es un acogedor bar-restaurante que mantiene la esencia del viejo Ponte. Trabajan lo que podríamos denominar como cocina de mercado Sin pasar al comedor, podemos degustar en la barra las apetecibles tapas y raciones que salen de sus fogones, acompañadas de uno de los vinos de la cuidada selección de caldos que puebla su bodega.
14. Lizarrán. Avenida Fernández Latorre, 106
A pesar de tratarse de una franquicia, el LIzarrán de Cuatro Caminos se ha hecho un hueco en el tapeo de la zona. Estamos hablando de un abigarrado local donde desfilan pinchos de chistorra, morcilla de Burgos, pimientos, y demás culinaria vasco-navarra. A pesar de dispensar Estrella Damm, es un local muy recomendable.
15. Hockei. Avenida de Chile, 18
Esta populosa casa de comidas puede presumir de llenar su barra con un surtido de tapas caseras espectaculares. Entre los guisos que alimentan a diario a sus devotos, me quedo con los callos y la tortilla. Precios, más que ajustados, populares. Un secreto: este local es visita obligada para un conocido grupo de la escena rockera nacional.
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