En pleno corazón de la conocida ‘Milla de Oro’ de La Coruña, y al ritmo de la Galicia Caníbal e de noite de día, se alza Paladar y Tomar, un restaurante que combina tradición, producto y oficio con una propuesta culinaria que honra lo mejor del mar y la tierra. Al frente se encuentra Juan López, un apasionado de la cocina honesta, quien ha sabido volcar su experiencia en restaurantes de prestigio coruñeses en un proyecto que respira autenticidad desde su fachada hasta su bodega.
Un guiño a las tabernas de siempre
La llamativa fachada roja de Paladar y Tomar no es casual. Juan explica que el color es una reivindicación del clasicismo tabernero, ese rojo que históricamente anunciaba lugares de ocio y encuentro. El restaurante se presenta, así como una casa de comidas moderna con alma de taberna tradicional.
El mar como protagonista
El 80% de la carta gira en torno al pescado y marisco fresco que llega cada día del mar. Aquí no hay artificios: la cocina apuesta por técnicas simples para resaltar la frescura del producto. Entre las especialidades marinas destacan la merluza del Celeiro, rodaballos, lubinas salvajes y un pulpo gallego auténtico, “del poco que queda”, como matiza Juan.
Pero si hay una joya que merece capítulo aparte, esa es la centolla de Mugardos. Especialmente las hembras, cuyo sabor intenso y textura única hacen de ellas una de las grandes especialidades de la casa. No es raro encontrarse con ejemplares de hasta 2.5 kilos, servidos con un respeto casi ceremonial.
La tierra también se celebra
La carta de Paladar y Tomar también rinde homenaje a la carne, con especialidades como el cordero de Castilla y el rabo estofado de vaca, preparados con mimo en cocciones lentas que respetan la tradición. Además, se celebran jornadas temáticas estacionales en las que el cocido, las lampreas o la caza tienen su momento protagonista.
Una bodega en evolución constante
La versión liquida, la del bebercio es selectiva y exclusiva de referencias nacionales variando la carta según cosecha. La bodega del restaurante es otro de sus puntos fuertes. Amplia y cuidada, incluye una gran selección de vinos gallegos y nacionales, y refleja el compromiso de Juan con la investigación constante para ofrecer nuevas referencias que sorprendan a los clientes más exigentes.
Cercanía, honestidad y producto
El local destaca por su trato familiar y cercano, un ambiente que invita a quedarse, conversar y disfrutar sin prisa. La cocina, que él define como “honrada”, saca brillo a productos de la huerta, mar y tierra, con especialidades como la apertura de bivalvos y una tarta de queso especial que deja huella.
Paladar y Tomar no es solo un restaurante: es un destino. Una parada obligada para los amantes del buen comer, de los sabores reconocibles y del respeto absoluto por el producto. Sin duda, merece estar en la lista de cualquier futura
peregrinación gastronómica.
En mi última visita a Paladar y Tomar, el menú fue una auténtica celebración del Atlántico: percebes de Muxia y cigalas del día abrieron la experiencia con su sabor puro y salvaje, seguidos por unas delicadas almejas da Illa de Arouxa una impecable robaliza a la brasa de la costa da Morte, preparada con la sencillez que solo se permite cuando el producto es de primera. Una muestra perfecta del respeto por el mar que define la cocina de Juan López.


