Comentarios:
Guiados por el valenciano Juan Todolí, nuestro buen amigo y particular guía gastronómico en la capital del Turia, llegamos a este restaurante alejado del centro histórico de Valencia pero al que desde ese día califico como de visita obligada.
De corte moderno y reducida dimensión, lo primero que nos llamó la atención a los tres gallegos que allí estábamos fue que encima de la barra, junto a unos pinchos variados de pinta muy prometedora, estaban presentadas varias botellas de Estrella Galicia, ya se sabe que la morriña siempre está ahí…
Enseguida conocimos a Santiago Perea Díaz, copropietario del establecimiento con Adolfo Orden. Estaba donde le gusta estar, en la plancha. Se le veía como pez en el agua disfrutando de lo que hacía, que era moverse en una inmaculada plancha en un espacio de no más de un metro y medio cuadrado, como no lo había visto antes. De Santiago podemos apuntar que fue experto y mítico planchista de locales emblemáticos como el Aperitivo y el Leoncio.
El local, invita a entrar, las pocas mesas que el local permitía estaban llenas y presentadas con un refinado gusto moderno. Dominan el cristal y el color blanco, buscando lo minimalista y el aprovechamiento del espacio. Llaman la atención una muy moderna y estética bodega al final del local y a la vista de todos los comensales y la impresionante insonorización del local. Estaba lleno, y a penas se oían las tan habituales y molestas conversaciones de los vecinos de mesa. Los decoradores tuvieron la acertada idea de dejar a la vista y no tapar con el clásico falso techo el sistema de aislamiento que permitía tal insonorización. Nos llamó también mucho la atención que en vez de la clásica T.V el local tuviera un proyector, haciendo de pantalla una pared blanca, sobre la que se proyectaba un película clásica en blanco y negro, lo que le daba un toque de lo más “vintage”.
Siguiendo la recomendación de Juan, ganamos la barra. La idea era probar algunos de los más de 100 pinchos que la extensa carta del local ofrecía. El plan parecía perfecto, ya que nuestro amigo Diego llegaba al aeropuerto procedente de La Coruña en apenas tres cuartos de hora y quería pinchar algo, sí, pero no cualquier cosa…
Cierta es la leyenda que acompaña al nombre del restaurante “comida Mediterránea elaborada a la plancha”. Lo que probamos, se preparaba al momento, procedía de la huerta valencia y murciana y tenía como único medio de preparación la plancha. Según el experto planchista “todos los alimentos que comparten la pancha deben recibir el punto justo de calor para que se cocinen a la perfección”.
Para beber, unos elegimos unas cañitas bien tiradas de nuestra querida Estrella Galicia y otros se decantaron por el vino, nos recomendaron un clásico Piérola crianza de rioja, y no defraudó.
Después de probar el montadito de hígado de pato, abrimos fuego con una tosta de cocochas de bacalao con queso emental. Como el resto de exquisiteces que probamos, Santiago las preparó a un metro escaso de nuestra presencia y con una espátula como “única” arma gastronómica. Nos las servia diciendo “a ver qué os parece” y esbozando una tímida sonrisa, a sabiendas de que el resultado fue sencillamente espectacular. De hecho, nos confesó que era uno de los platos estrella y más demandados por sus clientes.
A continuación nos mostró una cola de bacalao y, en el tiempo en que nos preguntó si nos apetecía y nuestros ojillos dijeron que sí, Santiago lo limpió, lo trató con maestría en la plancha, aderezó con aceite de oliva y nos regaló, nuevamente, un manjar. Estaba perfectamente desalado y se deshacía en nuestras bocas, la cosa iba bien, muy bien…
El espectáculo gastronómico continuó con unos berberechos al vapor, muy ricos para estar tan lejos de nuestra tierra gallega, unos huevos de codorniz con jamón y unas morcillas de arroz con queso fundido que nos dejaron boquiabiertos.
Mención aparte merecen los boletus que degustamos. Simplemente a la plancha y aderezados con un poco de aceite y sal… impresionantes!!
Reconozco que durante todo el viaje tuve el antojo de tomar alcachofas en todas sus variedades y en este local no fue una excepción, que resultó ser un acierto que me agradecieron el resto de amigos comensales, ya que estaban riquísimas. La preparación a la plancha, rellenas de carne…. y sometidas un par de minutos a un moderno horno de convención de especiales características….
Todo estaba muy bueno, estábamos disfrutando mucho y Santiago, el creador, también lo hacía sabedor de que nos estaba dando un recital gastronómico a base de ingredientes de la tierra y la temporada, una plancha y su maestría.
Diego estaba a punto de llegar, mirábamos el reloj cada cinco minutos. Teníamos muchas ganas de verlo y de que se uniera al grupo, pero reconozco que cuando llamó y nos dijo que el avión se retrasaría un cuarto de hora pensé “bien, nos da tiempo a probar los postres!!”.
Desde el hueco de la barra, lleva tiempo cotilleando la reducidísima cocina, en la que observaba como un colaborador de Santiago sacaba del molde una tarta de chocolate con galletas. Pedimos simplemente, algo de postre “lo que tú veas”. Santiago nos preparó un variado a la altura de los platos que lo antecedieron. Además de la tarta que ya había fichado, nos puso una tarta de queso riquísima, un flan de huevo también muy bueno y unos higos rellenos de chocolate que nos supieron a gloria. Todo casero y perfectamente ordenado en función de la intensidad del sabor, del más suave al más fuerte.
En definitiva, un restaurante pequeño e informal pero muy recomendable. Ha resultado un gran descubrimiento; su estética fresca, el trato amable y familiar de Santiago y resto del personal, el producto fresco y la espectacular forma en que los productos son transformados en la plancha, harán las delicias de los comensales.
Además de lo anterior, el precio es más que razonable.
Recomendaciones: Los platos estrella que mas nos gustaron son los de cocochas, sardina ahumada con tomate, arenque con cebolla y morcilla. Acudir en época de fallas puede permitir ver una Mascleta. Vean el ejemplo de en este video
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=Rx4yVbm0TjY[/youtube]
Curiosidades: Local muy bien insonorizado, menús de mediodía de martes a sábado, cerveza Estrella Galicia y una riquísima piel de bacalao tostada al horno.
Ficha de Aferro restaurante
Dirección: Calle Finlandia, 8 bajo
Ciudad: 46010 Valencia
Región: Comunitat Valenciana
Teléfono: 963 604 300 y 665 806 821
Web: en construcción
Correo electrónico: [email protected]
Persona de contacto: Santiago Perea y Adolfo Orden
Localización: Pinchar aquí
Horarios:
Comidas de 13:00 horas a 16:00 horas.
Cenas de 20:00 horas a 23:30 horas
Día de cierre: Domingos y lunes.
Vacaciones: las desconocemos y creemos que por la reciente apertura ellos también.
Instalaciones: Barra para chateo y picoteo y comedor para cenar o almorzar.
Mejoras: Debería tener una web cuanto antes.
Formas de pago: Admite tarjetas de crédito.
Precio: Adjuntamos factura de cuatro comensales.