Post by Guillermo Cobelo

No conocía el restaurante, As Garzas, más allá de referencias de conocidos que lo habían visitado y de –cómo no- las noticias que indicaban su pertenencia al exclusivo grupo de estrellas gallegas, el de las estrellas Michelín, por cierto, recientemente renovada.

Está ligeramente apartado, a pocos kilómetros de Malpica, cerca de la playa de Barizo y a escasos kilómetros del faro más moderno de Galicia, el de Punta Nariga. En mi opinión, visita obligada al faro; la playa para quien le guste.

El restaurante está ubicado en una casa cuyo frente da al mar. Toda la pared frontal, la que da al mar, es una cristalera enorme tras la que se encuentra el salón del restaurante que, al estar ligeramente elevado sobre el aparcamiento, permite una visión magnífica de la costa. El local es amplio y acogedor.

Teníamos reserva para las 14:00. No llovía, aunque lo haría a última hora del día. Un viento con fuertes ráfagas hacía desapacible, incómodo, el día. No es que pensáramos en comer al aire libre en pleno mes de diciembre, pero el viento nos impediría disfrutar de un paseo por la costa tras la comida.

Éramos dos. Siendo un día de semana, la semana de Navidad, no me resultó extraño que tuviese poca afluencia. Había cuatro mesas ocupadas, incluida la nuestra.

Entrando en materia. Para beber nos decantamos por agua y una copa de vino de la denominación de origen Ribera de Duero, concretamente un crianza de Finca Resalso.

As Garzas, una estrella al alcance de la mano

Nos ofrecieron pan, a elegir entre una variedad, y una sopa castellana como aperitivo. El pan espectacular, al menos la variedad con frutos rojos que elegí. Mi acompañante eligió una variedad con nueces que tampoco desmerecía. La sopa, pues sopa, buena; no soy un enamorado de los platos de cuchara.

As Garzas, una estrella al alcance de la mano

A la hora de elegir los platos pedimos un par de entrantes a nuestro gusto y para los principales solicitamos sugerencias. Nos recomendaros un plato para dos, los fideos con almejas; aunque posteriormente nos informaron de que el precio de las almejas en estas fechas no hacía viable ofrecerlo. Por tanto, no apeteciéndonos la otra recomendación, calamar en su tinta, optamos por elecciones individualidades.

As Garzas, una estrella al alcance de la mano

Como entrantes pedimos un pulpo a la brasa con arroz socarrat, acompañado con mayonesa, y un tartar de centolla con caviar de manzana. ¡Buenísimos ambos! Cantidad adecuada.

As Garzas, una estrella al alcance de la mano

 

El segundo de mi acompañante fue un cordero lechal acompañado de unas patatas fritas con cebolla. Jugoso y tierno. Buen sabor y textura. Las patatas ricas, de sabor intenso con un regusto persistente a cebolla.

As Garzas, una estrella al alcance de la mano

Yo me decanté por el lomo de ciervo, un plato de caza poco típico y nada habitual, en la casa, lo que pareció una apuesta interesante. El emplatado era el más espectacular de todos los que degustamos. El lomo de ciervo, al punto, salpicado de piedras de sal gruesa, venía acompañado de una crema de castaña, un par de grandes macarrones rellenos de setas -una variedad de boletus quizá- y alguna verdurita adornando el jardín en el que habían convertido en plato.

¡Espectacular!

Ambos platos eran generosos, suficientes en mi opinión.

As Garzas, una estrella al alcance de la mano

Pero no puedes visitar un sitio así y no dejar hueco para los postres. Aquí siempre optamos por pedir dos diferentes al objeto de compartirlos. El típico: filloas rellenas de crema, uno, y el otro un pudin con helado. Muy buenos ambos, pero yo me quedo con las filloas.

As Garzas, una estrella al alcance de la mano

Por último, café e infusiones. Y como suele ser habitual en muchos restaurantes, adjuntan unos delicatesen como acompañamiento final. En este caso dentro de una caja con el fondo lleno de virutas de chocolate.

As Garzas, una estrella al alcance de la mano

As Garzas, una estrella al alcance de la mano

Sin duda una experiencia gastronómica de cocina tradicional. Un precio razonable, en la línea de otros restaurantes del mismo nivel.

El único pero, es que para un disfrute completo conviene acudir con alguien abstemio y con carné de conducir. En caso contrario, toca conformarse con una única copa de vino y no probar licor alguno.

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#As Garzas, una estrella al alcance de la mano

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