Segunda vez en los últimos meses que visito la Bodega Ponte da Boga en la D.O. Ribeira Sacra. La primera ocasión con motivo de la vendimia y en esta segunda coincidiendo con la disputa del Campeonato de Golf “RS2017” disputado en Aguas Santas Balneario & Golf sito en Os Baños, Pantón en Lugo.
Entro los amantes del vino gallego es sobradamente conocido que la uva mecia y godello son las uvas que han abierto el buen camino a la bodega. De hecho y como no podía ser de otra manera la cata se abrió con estos dos clásicos del año. Sin olvidar que entre uno y otro y como novedad probamos la desconocida uva branca lexitima gallega pero a la vez conocida muy bien por los vinateros de Betanzos. La recuperación de estas vides es uno de los compromisos de la dirección técnica de la bodega que ve futuro prometedor más allá de las uvas más comunes de esta D.O.
Nos las prometíamos muy felices, pues habíamos disfrutado de la primera novedad en la mesa de cata. Como no podíamos ir a menos Rubén el enólogo nos muestra la irrupción de tradición convertida a innovación. ¿Y este juego de palabras? ¿Por qué digo esto? Pues en la hoja de ruta de Ponte da Boga esta la misión de seguir recuperando bancales olvidados de uva tinta como la brancellao, merenzao y sousón, a la vez que también se busca el compromiso de recuperar la uva branca lexitima mencionada anteriormente.
Seguimos con la cata y como telón de fondo los vinos:
“Capricho de Merenzao” del cual vamos a omitir que está hecho 100% de la uva que le da nombre. “Porto de Lobos” del cual debemos apuntar que es de uva 100% brancellao. Bancales Olvidados” que es una crianza seleccionada de uva 100% mencía. “Expresión Histórica” que con su nombre lo dice todo pues en el encontramos las cuatro uvas tintas de este territorio de la Adega de la cual es propietaria la conocida empresa gallega Hijos de Rivera.
En esta visita tuvimos la maravillosa oportunidad de degustar la últimas cosechas, y en primicia las dos últimas novedades de la marca que haciendo gala de su afán innovador lanzará próximamente al mercado un vino rosado de uva mencía, y otro blanco de uva branca lexitima.
En fin, todo un lujo para los amantes del vino que a la vez agradecemos esa recuperación del un patrimonio como los bancales y cepas tradicionales de nuestra tierra gallega. Sin lugar a dudas estas variedades harán las armonías del futuro maridadas con los mejores momentos.
Quiero despedirme con un profundo agradecimiento para con José María Rivera, Kiko Alabar, Carlos López, Rubén Pérez y Nacho Olvide que ejercieron como los mejores anfitriones, a la vez que quiero destacar los buenos compañeros de viaje que tuvimos para la ocasión.