Por Calin Fernández Barallobre

El popular Manuel María Puga y Parga “Picadillo», además de alcalde de nuestra ciudad en dos periodos comprendidos entre el trece de octubre al 31 de diciembre de 1915 y  desde el cinco de julio al veintisiete de agosto de 1917, fue un excelente y ameno escritor de costumbres. Hizo popular el seudónimo de «Picadillo» con el que firmaba sus crónicas en los diarios el Noroeste y El Orzán.

Natural de Santiago, donde había nacido en 1874, desde muy niño sentó sus reales en nuestra ciudad, donde pasó toda sus infancia y pubertad.

Licenciado en derecho por la universidad Compostelana, su gran amistad con Antonio Cánovas lo llevó a ocupar la dirección general de penales.

Sin embargo y dada sus escasa afición a viajar, renunció al cargo, aceptado eso si, ser nombrado juez municipal de Arteijo para estar más cerca de su Coruña adorada.

Hombre de gran obesidad, -llegó a pesar 220 kilos-, estaba dotado de una simpatía y una afabilidad insuperables.

En 1895 inicia sus colaboraciones gastronómicas en el diario El Noroeste. Sus recetas son leídas y esperadas con ansiedad por un público, en su mayor parte femenino, que se deshace en elogios hacia Puga. Esto lo hace imprescindible como colaborador  del rotativo coruñés.

Alcalde de La Coruña en dos ocasiones, tuvo que afrontar la dura huelga general de agosto de 1917 y sus violentos sucesos. Por ello y por su gran tacto y elegancia en el cumplimiento de sus funciones como primer regidor, fue homenajeado por más seiscientos trabajadores.

Escritor prolífico, entre sus obras destacan: La Cocina Práctica; Treinta y seis maneras de guisar el bacalao; El Rancho de la Tropa; Vigilia Reservada; Pote Aldeano y Mi historia Política.

Como estamos en temporada de comidas contundentes, debido al frío invierno, de su cocina práctica entresaco una receta para los amigos de FEDEGUSTANDO, El Lacón al Estilo La Fuente.

Esta receta que también la menciona la Condesa de Pardo Bazán, en su libro “La Cocina antigua Española”,  se debe al comerciante coruñés, Alfredo de la Fuente y consiste en la siguiente forma de preparar un lacón.

Veamos:

Se escoge un buen lacón que se divide en tres trozos. Se tiene a remojo, cambiándole frecuentemente el agua, por espacio de veinticuatro horas para desalarlo. Se le hace dorar en una parrilla con brasas o sobre una plancha de la cocina. Ese es el auténtico mérito de esta receta.

Cuando presente un color dorado, característico de los manjares asados, se separa. S coloca en un recipiente, Se le cubre de agua y se cuece.

Al comprobar que está tierno, se agregan las patatas, los grelos, los chorizos y todo lo que uno deseen añadirle.

Se debe de comer con la misma naturalidad que si se tratase de un lacón vulgar.

Decía Picadillo en su explicación que “esta fórmula, hoy desconocida, está llamada a producir un a revolución general”.

El popular alcalde falleció el 30 de septiembre de 1918 a no poder superar una terrible epidemia de gripe que asoló a nuestra ciudad.

Su entierro constituyó una sentida muestra de pesar y un gran problema a la hora de bajar el féretro por las escaleras de su casa de la calle de la Franja. Numerosos mozos participaron en tan ardua labor.