Por Pablo García-Ramos Macho
La localidad de Mondoñedo posee un precioso casco histórico declarado de interés histórico artístico en 1985 cuya plaza está presidida por la Catedral de la Asunción, puesta en pie en el siglo XII. También fue la cuna de uno de los escritores y poetas más grandes que ha dado Galicia: Álvaro Cunqueiro. Pero de un tiempo a esta parte la villa mindoniense ha cobrado más importancia por la Tarta de Mondoñedo, conocido invento culinario ideado por Carlos Folgueira, confitero local de cierto éxito como repostero pero poseedor de grandes dotes para el marketing. Coronado como Rei das Tartas, paseó su postre por platós de tv, ferias y demás eventos, a modo de reclamo de su reinado pastelero. Quién no se acuerda de su paso por programas de máxima audiencia de la televisión española –en aquel momento única- como el “Un, dos, tres, responda otra vez”, en el que lucía su poblado mostacho en forma de U invertida que más que adornar escondía su rostro, ataviado siempre con un mandilón blanco que subrayaba alguna condecoración gastronómica que colgaba de su cuello, y con el popular gorro alto de cocinero toque blanche
La tarta, en esencia, reúne casi todos los ingredientes que se puedan encontrar en la despensa del obrador de una confitería, a saber: hojaldre, cabello de ángel, almendra molida, azúcar, harina, huevos, además de higos confitados y cerezas en almíbar. De esta zarzuela de dulces se puede decir de todo pero quizás el adjetivo que mejor defina esta mezcla es el de compleja.
Para valorar con más precisión las bondades del producto me atreví a hacer una pequeña encuesta de urgencia en el transcurso de una cena en la que nos reunimos doce amigos. Sobre el nivel de conocimiento de la tarta, once contestaron que si la conocía aunque sólo tres confesaron haberla probado. Las opiniones fueron muy dispares ya que mientras uno de ellos alabó la dulzura de un postre que se atrevió a calificar de “rotundo”, otro no se definía entre empalagosa y pesada a la hora de catalogar su textura. El último prefirió abstenerse de presentar una nota de cata tras haber abandonado su degustación en el primer bocado.
Al margen de valoraciones que siempre son respetables, a la vez cuestionables, sí hay una certeza en cuanto hablamos de la tarta de Mondoñedo y es que el nivel de conocimiento de la marca es muy superior al del producto, mérito que hay que colocar en el haber de Carlos Folgueira. Me atrevería a decir que la imagen que llegó a proyectar O Rei das Tartas y sus constantes apariciones en la tele y en otros saraos, dejaron en un segundo plano su postre hasta llegarlo a eclipsar.
Tenía Folgueira gran afición a fotografiarse con rostros conocidos del mundo del espectáculo o famosetes en general, retratos que posteriormente decoraban las paredes de su establecimiento. En su galería de “amigos” incluía personajes populares como Isabel Pantoja, Miguel Bosé o el inevitable Julio Iglesias, entre otros. Pero entre sus amistades más destacadas estaba otro soberano, que no era otro que Su Majestad el Rey de España. Siempre contaba el genial repostero que en una conversación con el Rey Juan Carlos, éste le comentó confidencialmente: “Carlos, como te envidio, tu reino es más dulce que el mío”. Pagaría por ver la cara de ambos monarcas en ese momento.
Pero hay un suceso que muestra la astucia y sentido comercial de este singular personaje. En cierta ocasión se presentó el monarca de las tartas en un conocido restaurante santiagués, quizás el mas digno representante de la mejor cocina tradicional gallega de la ciudad compostelana. Al comprobar que su postre no estaba en la carta del restaurante, sugirió de buenas maneras a su propietario que la incluyese.
-Hombre Moncho, por qué no metes mi tarta en la carta de tu restaurante, al fin y al cabo no deja de ser uno de los postres más conocidos de la gastronomía gallega.
-Mira Carliños, -respondió con cariño el restaurador en un arranque de sinceridad- es que tu tarta no hay quien se la coma.
La respuesta de Carlos Folgueira debería de formar parte de los manuales de marketing de las escuelas de negocios:
-Bueno Moncho, tu por eso no te preocupes, tu no me la compres pero la incluyes en la carta y si alguien te la pide le dices: Lo siento señor, pero la tarta de Mondoñedo se nos acaba de terminar ahora mismo.
En la actualidad, fallecido Carlos Folgueira en 1993, recoge el testigo su hijo del mismo nombre, si bien desconozco si éste es cabeza coronada o no. Hereda de su padre el sentido comercial que reinó durante tantos años la fábrica familiar pero lo actualiza con la creación de la franquicia “O Rei das Tartas”, una red de cafeterías que, esta vez sí, incluyen la tarta de Mondoñedo en sus carta de postres.