Por Begoña Gándara.
A este local de El Burgo ya ha dedicado un espacio en este blog el Sr. Gª Poncet, acerca de su faceta de vinoteca, en el que hace buena descripción de su situación y lo anecdótico de su nombre, por lo que a este respecto no me parece correcta la reiteración, y mucho menos el plagio (ver). Considero acertada la distribución del local, con la vinoteca separada físicamente del restaurante por una amplia barra, lo que libera a los comensales del posible bullicio de la zona de chateo. Su decoración moderna y sobria, con predominio de la madera, incluso en los suelos, resulta acogedora
Hace unos días hemos tenido ocasión de comprobar las cualidades de su cocina; como éramos un grupo de nueve personas, es más fácil hacerse una idea general de qué se cuece en el fogón, y cómo. Tiene una carta de extensión suficiente, que alcanza, sin pretenciosidad pero con toques originales, todos los productos básicos. Ofrece varios platos “de cuchara”, lo que no es muy habitual.
Para comenzar, nos despachamos: empanada de mejillones y chorizo (interesante y sabrosa combinación), oreja á feira, y un variado de cuatro tipos de tostas: de jamón, de chicharrones con queso, de manteca colorá y de bacalao con pimientos (para mi gusto bien hechas, y de un buen tamaño para compartir); las raciones son bastante abundantes, hasta el punto de que uno de los comensales optó voluntariamente por renunciar al segundo y rematar los entrantes, porque era una pena.
En los segundos, la elección abarcó pescados, carnes y huevos. Por mi parte, no puedo más que alabar el pulpo a la plancha con dos mojos (rojo y verde) que pedí, por su buena cocción, su sabor y su bonita presentación sobre un plato de pizarra. Y con carácter general, las opiniones sobre los platos respectivos fueron de lo bueno a lo correcto; probé el guiso de choupa, con la densidad y reparto de ingredientes justo, sabroso aunque a mí siempre me resulta un poco fuerte; el entrecot tenía un aspecto estupendo y un tamaño generoso.
Para los postres esta servidora ya estaba muy saturada, aunque no dejé de probar la infusión de frutos secos con helado de queso de Cebreiro (original y delicado), el flan de café (buenísimo, con una textura muy fina) y el mousse de chocolate (de un logrado sabor, aunque habría sido incapaz de dar cuenta de la ración completa).
Un acierto el Heras Cordón, que nos permitió comprobar el buen criterio y mejor gusto de Su Santidad (Benedicto, por supuesto) en materia enológica, amén (ver comentario del blog sobre este vino).
Por lo que toca a la atención, correcta y esmerada; tuvieron el detalle profesional de no reflejar en la cuenta, pese a nuestras protestas, el plato que un compañero de mesa les manifestó haber dejado a medias por no haber sido de su agrado.
Si además se tiene en cuenta la buena relación calidad-precio (como se refleja en la factura), y la relativa facilidad para el aparcamiento, puede considerarse una muy interesante opción, que puede ser del agrado de gustos diversos, lo que en muchas ocasiones no es fácil de conseguir.
Curiosidades: En los lavabos tienen toallas de manos individuales, bordadas con la marca de la casa. Siempre me pareció, donde lo he visto, de un sibaritismo que me encanta (en un local de Salzburgo las he usado incluso calientes, qué gozada).
Ficha
Dirección: calle Ferrocarril, 3, bajo
Ciudad O Burgo; municipio de Culleredo. A Coruña
Región: Galicia
Teléfono: 881899384
Web www.osdanita.com
Localización ver
Instalaciones:
Parking Se puede aparcar sin excesivos problemas en la propia calle o en las aledañas.
Servicios: Vinoteca; Restaurante.
Precio entre 25 y 35 euros puedes comer en toda regla.