Por Maria Begoña Gandara Orgeira
Las calles Orillamar y La Torre fueron las tradicionales vías de acceso a nuestro insigne monumento, ahora Patrimonio de la Humanidad, y la segunda, además, sede de las tascas y mesones de más solera de la ciudad, mentidero de chismes y noticias, y lugar de encuentro de vecinos y no tan vecinos. Después de transitar por cualquiera de las dos, bulliciosas (antaño más que ahora, cierto es), la Avenida de Navarra, que se inicia en su confluencia, ofrece como contraste un aspecto anodino (salvo sus vistas fantásticas de la entrada de la ría), y se antoja una especie de corredor para alcanzar el objetivo, la Torre de Hércules; de hecho, hasta hace no tanto, esta avenida estaba bordeada por huertas y vacas pastando, que no era visión desagradable, por supuesto, pero que te hacía saber que la zona habitada tocaba a su fin.
No obstante esta apariencia, que el hacer municipal y la furia ladrillera han modificado un poco, tanto coruñeses como visitantes avisados saben que en esta calle se encuentran varios locales, que, cada uno en su especialidad, se han ganado un sitio en el elenco hostelero local.
Uno de ellos es La Cabaña del Cazador, que, pese a que el callejero lo sitúa en la calle de La Torre, 93 (y Dios me libre de discutirlo), su ubicación física lo hace algo dudoso; en todo caso, no ofrece duda, frente a la Plaza del Parque, y a la vuelta de la esquina la calle Santo Tomás, una de las más ilustres cuestas hacia el barrio de Monte Alto.
Este restaurante ofrece básicamente productos a la parrilla, tanto carnes como pescados, aunque también tienen algunos platos de fogón, y, como no, de caza en temporada. Funcionan con el sistema clásico de las casas de comidas, te recitan verbalmente el menú, lo que no es necesariamente buen sistema, pero que en un sitio de confianza como este, no es un inconveniente. En nuestra última visita, elegimos un primero de chorizos criollos buenísimos (que no es poco, a la vista de productos que se ven por ahí), y mollejas, para mi gusto espectaculares, en su punto y muy sabrosas, y de segundo, churrasco de cerdo y ternera, buen producto, y muy bien tratado, ya que en ocasiones te encuentras con carnes a la parrilla que ya no son carne sino torrezno, y aquí, ni hablar; realmente saben manejar con maestría la cocina a la brasa. Dentro de los postres, aparte de los clásicos helados y frutas, tienen una variedad apetitosa de tartas, no de la casa pero artesanales: he probado en mi cuerpo la llamada Primavera (pasta quebrada con frutas de temporada, nata y crema pastelera) con buenos resultados, muy fresca y adecuada para rematar tanta variedad de carnazas. En cuanto a vinos, no tiene una variedad apabullante, pero te permite un abanico de elección suficiente para los productos que se ofrecen.
El local es amplio, y dispone de espacios para fumadores y no fumadores (el de fumadores, como no, un poco peor ubicado, más cerca de la puerta y de la parrilla, o te enfrías o te abrasas –sin más comentarios-); no tiene una decoración especialmente cuidada, pero es un sitio agradable y muy luminoso. La atención es buena, muy solícitos y dispuestos a aconsejarte bien. Es decir, recomendable, y merecedor de la fama ganada a lo largo de años de buen hacer.
Lo único que considero un inconveniente, por decir alguna cosa, es que, si se quiere ir en coche, hay que buscarse un poco la vida para aparcar por las calles adyacentes, que según la hora o el día, puede ser complicado (en este momento incluso acceder, porque hay obras en toda la zona). Pero creo que, con carácter general, no supone inconveniente aparcar en el subterráneo del Cuartel de Atocha, quizás en el del Papagayo, e ir dando un paseíto, y por qué no, si el tiempo y la hora lo permiten, acercarse después del ágape hasta los aledaños de la imponente Torre, y para los más osados, inclusive subir; una excelente digestión con vistas.
Por Federico García Poncet
Comentarios:
Esta clásica parrillada, probablemente la mas conocida del la ciudad de La Coruña, esta situada muy próxima de la emblemática y majestuosa Torre de Hércules, quizás la luz del faro romano haya iluminado la triunfal andadura de estas parrillas a lo largo del tiempo. “La Cabaña del Cazador” y la parrillada “Buenos Aires” son el referente coruñes desde hace muchos años, por su elaboración de carnes a la brasa.
El local sito en una esquina de la calle de la Torre tiene una decoración limpia y sencilla sin grandes lujos, cómoda y agradable, el servicio rápido, el personal y la relación calidad precio son probablemente las cualidades que alimentan el éxito de este local.
Si queremos degustar una rica y completa parrillada estamos en el sitio idóneo, pues su carta nos permite combinar las sabrosas costillas y churrascos de vacuno y cerdo con chorizos, mollejas y guarniciones de patatas y ensalada. Otra cosa que me gustaría destacar son las artesanas cuncas de vino del país, que muchos comensales mezclan con gaseosa. Como no podía ser de otra forma “para acabar o viño o queso con membrillo e o millor, antes de tomar o café de pota”
En la ciudad herculina podemos disfrutar, a otros precios, de otros magníficos asadores argentinos y uruguayos como La Casona, El Charrúa y el Asador Coruña,
Recomendaciones:
Disfrutar de un bonito paseo por el entorno de la Torre de Hércules.
Sin lugar a dudas el churrasco de ternera y cerdo acompañado de mollejas y viño do país.
Curiosidades:
Los impresionantes trofeos de caza que cuelgan de las paredes de los comedores, creo recordar que tienen jabalís, zorros, corzos y venados.
Formas de pago:
Admite tarjetas de crédito
Ficha
Dirección: Calle de Torre 93 15002 La Coruña – Galicia – España
Teléfono: +34 981211153
Web: No tiene, es una carencia importante en los tiempos que vivimos.
Comedores: Uno comedor grande y otro en zona de barra.
Parking: No tiene
Servicios: Restaurante a la carta y barra
Precio: Valga como referencia la factura que pagamos.