Por María Begoña Gandara Orgeira
En antevísperas de la gesta roja (sin connotación política, por favor), el grupo de cenadores habitual –salvo algunas bajas- fuimos a intercambiar pareceres y posibles resultados y, por supuesto, a cenar, al Restaurante Noray, (entradas por Plaza de María Pita, frente al Palacio Municipal y a espaldas de la estatua, y por Puerta Real; dispone además de chirimbolo cubierto en la Plaza). Desde la reparación posterior a su incendio, por la entrada de María Pita tiene habilitado un espacio como vinoteca, con una carta de vinos correcta y nada pretenciosa, que estrenamos con un Montesa, que es apuesta segura y no genera cansinas controversias, y unos pinchitos de empanada.
El comedor interior está situado en la entreplanta, con ventanas (pero pocas vistas) hacia La Marina, característica de todos los locales de ese lado de la plaza, que a mi entender resulta un tanto opresivo; no obstante, el espacio está bastante bien distribuido, aunque se observa cierta despreocupación por la decoración.
La carta es escueta, con unos cuantos entrantes clásicos, del tipo calamares, pulpo, sardinas y parrochas, pimientos de Padrón, almejas, navajas y otros, y sencillas ensaladas, y para los segundos, pescados del día sin determinar (según temporada y mercado), carnes, en su mayor parte a la parrilla, algún arroz, y como protagonista, un clásico de la casa, el bacalao, en distintas presentaciones.
Para comenzar, nos decantamos por productos de temporada: parrochas y pimientos, de fritura correcta, lo que ya no es poco. Y para los segundos, salvo alguna variante, la mayoría elegimos bacalao: los que eligieron a la plancha quedaron satisfechos, la verdad tenía buen aspecto. Yo me decidí por lo que se suponía era la estrella, el llamado bacalao Noray, con gambas y alcaparras, me interesaba comprobar el efecto de las alcaparras sobre el bacalao, pero no fue posible, porque en mi plato había tres (bueno, quizá cuatro); y aunque debo reconocer que el pescado estaba bien tratado: no estaba seco, bien desalado, buen tamaño de la pieza…, el acompañamiento tenía muy poca presencia, y el resultado final me resultó algo decepcionante.
Con respecto al postre, sólo diré que, por favor, el arroz con leche se cuece en leche, con azúcar, y canela, aunque sólo sea un palito; de lo contrario, se denomina arroz cocido, y se sirve de acompañamiento.
Por tanto, en mi humilde opinión, si bien no puedo calificar la experiencia como negativa, porque realmente estuvimos cómodos, y el servicio, aunque no fantástico, hizo su trabajo, considero que, dada la actual competencia existente en la hostelería coruñesa, este local se queda en una medianía algo anodina, y no es fácil decir algo especialmente destacable. Quizá recomendable por la aceptable calidad del producto, y por su buena situación, pero poco más.
Curiosidades:
Poder disfrutar de la noble plaza de Maria Pita donde esta ubicado el Palacio Municipal y sede del ayuntamiento coruñes.
Formas de pago:
Las desconozco, aunque visto lo visto seguro que aceptan efectivo.
Ficha:
Plaza de María Pita 15, 15001 La Coruña – Galicia – España
Teléfono: 981 22 48 86
Web: www.restaurantenoray.com
Contacto: [email protected]
Mapa de localización: http://www.restaurantenoray.com/principal1.htm
Horarios:
Pienso que no cierra ningún día de la semana.
Abierto todo el día pues funciona como cafetería.
Comedores:
Comedor de interior, cafetería y vinotera, en la plaza tiene una pérgola con mesas.
Parking: Puedes aparcar justo en el parking de la plaza de María Pita.
Servicios: Restaurante a la carta, cafería y vinoteca.
Precio: Valga como referencia la factura que pagamos.
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