Lo cierto es que la villa marinera de Laxe poco o nada tiene que envidiar a otros pueblos de la costa gallega. Si es sobradamente conocido el paraíso que es “A costa da Morte” en esta ocasión vamos a centrarnos en contar las lindezas de Laxe.
Este concello donde se encuentran espectaculares playas como las de Arnado, Soesto, Traba y la misma de Laxe forman una parte de un litoral que a la vez es etapa obligada en la ya famosa “Ruta dos faros”.
Vaya fin de semana con buen tiempo y playas bonitas que ofrece nuestra tierra gallega. Lo cierto, es que para pasarlo bien en las Costa da Morte no hace falta mucho. En esta ocasión se celebraba la fiesta del percebe en Corme, pero contracorriente elegimos Laxe como punto de encuentro. Andaina por la ruta dos faros, paseos por la fina arena, baño en las limpias y excelentes aguas hicieron de la excursión un espectacular fin de semana. No sin olvidar la buena gastronomía que nos ofrecía Laxe con un variado abanico gastronómico en la figura del restaurante y tascas como “Zurich”, “Mar de fondo”, “Casa do Arco”, “Salvavidas” y “La Ventana”, o la famosa tasca “Quitapenas” donde a veces ponen pincho para tomar un vino. Sin olvidarme del «Bocho» (antiguo Plaia-Mar).
En sus cercanías otras localidades como Pasarela donde la referencia es “Casa Paco”, y donde la comida casera de buena calidad predomina, hace obligado un paseo por los penedos por aquello de la digestión. En fin, en «Casa Paco». Se come bien y está a buen precio. Otra maravillosa elección seria degustar la carta de restaurante “Mar de Ardora” en Cabana de Bergantiños.
Aprovechando el post de hoy os voy a recomendar otros sitios que me gustan en la zona. A Cunca en el pueblo malpicano de Buño , O Dourado a la entrada de Malpica en Seaía, y un último en la carreterade de Buño a Ponteceso en Pazos el restaurante «Casa Mosqueira».
Sin lugar a dudas el “Hotel Playa de Laxe” es la mejor opción si queréis dormir en la villa marinera, pues la situación es inmejorable.
Después de esta amplio abanico de posibilidades decidimos cenar en el restaurante “Zurich” que dicho sea de paso también ha preparado la antigua terraza tipo mesón, para ofrecer tapeo/raciones, pero sin perder calidad y a un precio más bajo.
Nosotros optamos por comer a lo clásico, en el comedor con un menú compuesto de almejas, zamburiñas y salpicón de bogavante para compartir, que continuamos unos con caldeira de raya y otros de rodaballo y rape. Sin lugar a dudas el producto impresiónate y la preparación sencilla y horrada de Ana hacen de este restaurante clásico de la “Costa da Morte” uno de los más apetecibles. En fin, un poco de queso y crema de limón para acabar o viño de uva mencia de Algueira de Ribeira Sacra con el que acompañamos las suculentas a y apetitosa viandas.