Por Alejandro D. Guimaraens
Comentario:
Este restaurante, situado en la calle Manuel Murguía, justo enfrente del Estadio de Riazor, se ha convertido en un clásico dentro de la oferta gastronómica de nuestra ciudad, debido a que lleva con sus puerta abiertas al público casi treinta años, desde su inauguración en el año 1981 en un local en la Ronda de Nelle.
Actualmente, dispone de un comedor decorado de forma austera, con una mesas bien presentadas y una sillas muy cómodas que invitan a prolongar la tertulia. La sala es silenciosa y permite disfrutar de una agradable música ambiental, y está atendida por un personal eficaz y discreto (con Juana al frente), en ese punto exacto y deseable en el que el cliente siente que está bien atendido, pero sin agobios.
Una de las especialidades de la casa, la carbonada, es la que da el nombre al restaurante. Se trata de unos filetes de ternera, cortados muy finos y en trozos pequeños, y que cada comensal se los prepara a su gusto en una parrilla con brasas de carbón que colocan en el centro de la mesa. La sirven acompañada por una buena fuente de patatas fritas y de tres salsas (ali-oli, rosa y tártara).
Destacar que la casa siempre invita a un aperitivo para hacer más agradable la espera hasta que sirven el menú elegido. En esta ocasión consistió en un paté casero de marisco que estaba delicioso.
En el apartado de entrantes la oferta es muy variada y original, destacando el pulpo a la brasa, las zamburiñas al horno con compota de cebolla o los langostinos a la provenzal con arroz. Nos decidimos por unos crujientes de cigala con una mahonesa suave de ajo escalibado que estaban exquisitos. Además la ración es abundante y perfecta para compartir entre dos o tres personas.
Todos los días el cocinero Quique Lameiro ofrece, fuera de carta, dos o tres sugerencias. Este día había preparado un arroz meloso con pulpo y langostinos y unos canalones rellenos de codillo con foie. Optamos por el arroz y, aunque nos quedamos con las ganas de probar los canelones, la elección fue todo un acierto, y así disfrutamos de un arroz cremoso, en su punto, al que la combinación con el pulpo y los langostinos le dio un sabor exquisito.
Cuenta con una bodega amplia y bien surtida, en la que se pueden encontrar buenos vinos a precios muy razonables. Normalmente, tienen algún vino en promoción, y que suele ser una buena elección en cuanto a la relación calidad-precio. Destacar que lo sirven a la temperatura correcta, práctica que, por desgracia, se está perdiendo en muchos establecimientos. En esta ocasión, y atendiendo a la recomendación que nos hicieron, catamos un rioja Viña Alberdi que combinó perfectamente con las viandas antes detalladas.
Los golosos que acudan a este restaurante estarán de enhorabuena, porque tienen una carta de postres de lo más apetitosa y variada. Sirvan como ejemplo el melocotón confitado con sorbete de hierbabuena y yogur, o la crema de chocolate blanco con helado de caramelo y espuma de café. A los más clásicos, les recomendaría que no dejasen de probar el brownie de chocolate con helado de vainilla.
También cuentan con una sabia oferta de “digestivos”, tales como el general (helado de vainilla con whisky), el coronel (sorbete de limón con vodka) y el gin-tonic de manzana.
En resumen, este restaurante es muy recomendable para cualquier tipo de celebración o para disfrutar de una cena entre amigos en un ambiente tranquilo y acogedor.
Sugerencias:
Carbonada.
Entrecot, solomillo y chuletón de ternera gallega.
Steak tartar.
Cordero lechal asado, deshuesado y prensado.
Cualquier entrante de los anteriormente citados.
Sugerencias del día.
Ficha:
Restaurante Carbonada
C/ Manuel Murguía, 4-6 (Riazor) – 15011 La Coruña
Teléfono: 981 271 014
Forma de pago: admiten tarjetas de crédito y débito
Página web: www.restaurantecarbonada.es
Correo electrónico: [email protected]
Instalaciones:
Barra.
Comedor interior.
Horarios:
Abierto todos los días de 13:00h. a 16:00h. y de 20:00h. a 24:00h., excepto lunes por la noche y martes todo el día.
Precios:
Se acompaña factura de una cena para dos personas.
