Por Ángel Cobreiro
El “Asador Frontón” es un restaurante de cocina vasca que tiene tres establecimientos abiertos en Madrid, uno de ellos en la C/ Velázquez nº 54, es decir en el Barrio de Salamanca y de ese es del que voy a hablar.
El local está compuesto por dos plantas, una en un semisótano en la que está situado un bar con servicio de barra y mesas y en la que se sirven también raciones y comidas, la otra en un sótano destinado a comedor a la carta y la que hay también cuatro comedores privados.
El bar es agradable y espacioso y las mesas situadas en él están suficientemente separadas de la barra de tal forma que considero que los comensales que las utilicen para comer en ellas no se deben sentir demasiado afectados por el ruido que necesariamente causan los clientes de la barra.
El comedor es espacioso, nosotros éramos tres comensales y cenamos en el comedor a la carta, el servicio fue bueno fuimos atendidos primero por un jefe de mesas muy amable que nos hizo entrega de las cartas y nos dio los oportunos consejos sobre su contenido, después nos tomó nota de la comanda una camarera que nos atendió diligentemente durante toda la cena.
La carta es variada y está compuesta de comida tradicional vasca, nosotros nos decantamos por pedir un chuletón de buey de un kilo y medio de peso con patatas fritas y pimientos del piquillo. El chuletón venía troceado en la forma en que habitualmente se sirve en los restaurantes vascos y servido en plato caliente, igualmente tengo que decir que los platos que nos pusieron para comer estaban calientes y que nos fueron cambiados a solicitud nuestra por la diligente camarera de la que antes hablé cuando se lo solicitamos debido a que ya se habían enfriado, pues es fácil comprender que la degustación de un chuletón del tamaño como el que nos tomamos dura un tiempo considerable que sin duda hace que se enfríe el plato. La cena la regamos con una botella de Rioja de Crianza de Viña Salceda que es un vino que está bien en relación calidad – precio.
Antes de servirnos la cena que habíamos encargado nos sirvieron por gentileza de la casa un buen y abundante aperitivo, pero hay que decir que la gentileza no fue tal pues el aperitivo fue cobrado junto con el pan (tal y como se puede comprobar tras la lectura de la factura que al final se adjunta, si bien también es cierto que nos sirvieron tres chupitos (dos de aguardiente blanca y uno de pacharán) para acompañar el café que no fueron incluidos en el precio. De postre dos de los comensales pedimos “coronel”, es decir sorbete de limón al vodka, ideal para bajar la comida que nos habíamos metido entre pecho y espalda, pero tenía el inconveniente de que estaba demasiado frío y dejamos gran parte de él.
Como dato curioso tengo que decir que el local dispone de cuatro tipos de menú completos para dos personas que no están nada mal, como muestra de ello reproduzco a continuación los citados menús.
El establecimiento está situado en una calle céntrica y con comunicaciones cercanas, no hablo de aparcamiento fácil difícil pues doy por supuesto de que en Madrid lo lógico en no desplazarse a los sitios en vehículo particular.
Como último detalle indico que el ultimo de los escalones que da acceso de la calle al semisótano en el que está el bar es de más altura de los que le preceden por lo que se siente una extraña sensación al bajarlo sino se conoce esa característica, pero desde luego no considero que pueda ser peligroso en absoluto.
En cuanto a la dirección y teléfono del establecimiento así como de los otros dos de la misma casa adjunto reproducción de su tarjeta.
Igualmente reproduzco a continuación la factura de la cena